miércoles, 22 de febrero de 2017

Orlando

Leí hace algunas semanas Orlando. Es un libro que hubiera esperado más en conocerlo ya que se trata de una dedicación de Virginia Woolf a Vita (seguido de un apellido de esos que tienes que mirar 5 veces cómo se escribe).

¿Por qué lo leí? Porque era el libro escogido para la "tortitertulia". Pensaréis: ¿qué está diciendo? ¿Se habrá vuelto definitivamente loca? No, todo tiene su explicación.

Hace unos pocos meses entré a formar parte de un grupo de chicas que querían hacer tertulias sobre libros; a ser posible con toques lésbicos. Ya hemos hecho 2 quedadas y la semana que viene será la tercera. La primera tuvimos el gran honor de leer uno de los libros más conocidos de Sarah Waters Tipping the velvet y fue muy interesante compartir los puntos de vista de todas, - a parte de comer- se me pasó la tarde volando. 

El siguiente libro fue Orlando y, más que comentar el libro, el 60% de la quedada fue comer y divagar, que también está muy bien pero me hizo reflexionar este cambio de rumbo. Creo que la "culpable" fue la misma novela -a parte que siempre tenemos cualquier excusa para comer, me incluyo-.

Orlando

272 páginas
Virginia Woolf
Ed. Proa
Traducción de Maria Antonia Oliver

Antes de leer el libro, Hiro me advirtió que me lo tomase con calma y que probablemente me parecería algo fangoso y en ocasiones me sentiría somnolienta. Tenía toda la razón.

Me explico: en orden cronológico, aunque en los post no haya sido así, leí primero Orlando y luego la biografía sobre Woolf de Quentin Bell. No sabía absolutamente nada de la relación entre ambas (bueno, sólo que la tuvieron, pero con ningún detalle) ni de la vida de aristócrata de Vita. 

Una vez leída la biografía de Woolf, empiezo a encontrar semejanzas en ciertos capítulos y pasajes de la novela y algo empieza a cobrar sentido en mi mente. Aún así, estoy segura que Woolf tiene otras novelas mejores que ésta y sigo estando muy motivada para seguir leyéndola.

Después de esta introducción algo pesimista, voy a comentar sutilmente la novela ya que mi mente limitada seguro que no ha sabido captar muchos de los detalles implícitos dirigidos hacia Vita.

Si ya habéis oído hablar de este libro, sabéis que uno de los detalles más reconocibles de ella es que en la mitad del relato aproximadamente el protagonista pasa a ser la protagonista. Como bien nos indica Orlando -el cual/la cual su nombre sigue siendo el mismo- cuando se despierta y ve que hay algo que ha cambiado, afirma no sentirse diferente de manera literal. 

Es a través de las interacciones sociales que empieza a notar que debe cambiar su actitud en según qué cosas y las dificultades y peligros, incluso, que eso conlleva.

Woolf creó Orlando a través de Vita. Ésta tenía sus orígenes en la aristocracia - aunque tenía antepasados de origen gitano - y muy a menudo viajaba a Persia y a lugares exóticos. 

Por lo que he aprendido en su biografía, esta es la novela más explícita de Woolf en el ámbito sexual, que muestra más libertad y apertura. Tampoco creáis que es algo explícito, pero sí que habla a veces de sexo a través de Orlando y es algo muy destacable en la autora.

Si pienso en la novela, me viene a la mente un capítulo en el cual Orlando escapa de cierta situación y va a parar a un poblado de etnia gitana. Ese capítulo me evocó libertad y consciencia de la inmensidad de la naturaleza. El personaje Orlando siempre es mostrado como un ser vanidoso, egocéntrico, divagador, caprichoso y amante de los paisajes de la naturaleza. En este capítulo se hace crítica de las posesiones materiales y hace una reflexión que me llamó mucho la atención: ¿por qué tener una casa de 250 habitaciones cuando puedes no tener nada y vivir en la inmensidad de las montañas inacabables?.

Otro de los detalles que llama la atención de la novela es que esta empieza por los alrededores de 1500 dC. y acaba entrando en el siglo XIX. Parece ser que para nuestrx joven apuestx los años son caricias las cuales no afectan a su físico. El libro nos habla con sutileza -¿de qué manera, sino?- del hijo de Orlando cuando la novela toca a su fin. Por poner un ejemplo del paso del tiempo, Orlando hace una reflexión de las diferencias en el transporte utilizado al entrar a su mansión aristocrática a través de los siglos.

La crítica de Woolf es muy sutil y hace uso de un humor entre sarcástico e irónico que me entusiasma. Ciertamente ha habido partes de la novela que me han resultado interesantes, pero hay muchos otros capítulos que me han parecido soporíferos. Lo sé, estoy demasiado acostumbrada a las novelas en las que todo es acción y todo tiene un propósito.

Aunque no soy la única que lo piensa: en la biografía de Bell, un amigo próximo de Woolf, un tal Hugh, afirma ante Las olas que tal novela consiste en "todo acerca de nada... escrito de una manera exquisita, naturalmente". No podría estar más de acuerdo con él. 

Quizá este libro sea más indicado para lectorxs que les guste este tipo de novelas en que se describe metódicamente la nada o para lxs que quieran descifrar la relación de Woolf y Vita a través de la novela.

El próximo post consistirá en la novela Estupor y temblores de Amélie Nothomb. Un cambio de registro radical que me apetece hacer. No creo que tarde en adentrarme otra vez en el mundo de Woolf, pero de momento haré una pausa para renovar energías.

Ya sabéis que cualquier comentario o recomendación será muy bienvenido.

¡Nos leemos!





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